En el reciente proceso de modificación de la Constitución Dominicana y a propósito de la discusión acerca del comentado Art. 30 del proyecto, que consagra la garantía de la vida desde la concepción hasta la muerte, se ha desatado una agria polémica acerca del aborto permitido lo que ha puesto de manifiesto hasta donde la falta de formación de nuestros legisladores es una trampa que nos hemos creado los dominicanos.
En primer lugar el artículo no conlleva una discusión acerca del aborto, en realidad la pieza constitucional pretende garantizar—lógicamente—el mas preciado bien con que cuenta un ser humano que es la vida, ante tal circunstancia los lideres de la iglesia católica trajeron a colación que agregarle a dicho articulo un párrafo que diera la salvedad de la posibilidad de interrumpir la concepción, seria una manera de admitir el aborto.
Por un lado, la iglesia católica que no quiere anticonceptivos, pero tampoco aborto planta sus argumentos en una tesis cerrada, no al aborto, mantener el articulo tal como establece sin excepciones y finalmente los legisladores sucumbieron al miedo que significa contradecir la iglesia católica. En una palabra: venció el oscurantismo.
Esta bastante claro que no es posible ligar el credo religioso con lo científico, toda religión es oscura por conveniencia, pero lamentablemente, con legisladores genuflexos, temerosos e incapaces es posible lograr que una actitud acientífica se imponga por sobre lo que es correcto en términos científicos. El aborto terapéutico, medicamente admitido es correcto toda vez que se elige la vía de salvar a una criatura o su progenitora y eso, es necesario que se consagre en una ley pues de lo contrario, estaría la ciencia medica atada de pies y manos para tomar una decisión que es el día a día de los cirujanos, ginecobstetra y otros especialistas médicos.
La actitud de los legisladores dominicanos que aprobaron un articulo que garantiza la vida desde la concepción hasta la muerte, sin dar la tónica de la posibilidad de que ocurra otra circunstancia solamente quiere decir una cosa: ellos se dejaron acogotar por la iglesia, obviaron la ciencia y prefirieron el oscurantismo. Me recuerda aquel famoso episodio con Galileo durante la edad media: “…y todavía se mueve”
Muy acertados tu comentario a cerca del artículo 30. Este artículo es tan ambíguo y falto de realidad como los legisladores que lo aprobaron.
ResponderEliminar1ero. Nadie excepto el creador puede garantizarle la vida a nadie desde que es concebido hasta su aliento final.
2do. Queda sobreentendido que la garantía de vida incluye a la progenitora de la criatura.O sea que el médico puede escoger.
3ero. No se especifica si están incluidas las concepciones incestuosas,las por violación, las de padres enfermos donde hay mas de un 90% que el producto nazca con deformidad o defectos del nacimiento.
Con la aprobación de este artículo los legisladores "colaron el mosquito y se tragaron el camello"