Mtro. Roberto Reyna Tejada. |
Mi amigo Roberto Reyna, ex rector de la UASD acaba de producir un texto acerca de la situación estructural de esta academia; por compartir su término y considerarlo de interés, aquí lo dejo para la reflexión de todos.
Condición Estructural de
la UASD de hoy
La situación de la UASD hoy implica su colapso estructural: se
han producido cambios importantes en el entorno social de
la universidad y en el mundo de la educación superiory la UASD no produjo los
ajustes a tiempo. Hoy luce desenfocada, aislada del favor de la sociedad y con
pérdida de liderazgo en importantes áreas científicas y académicas.
El Estado latinoamericano cada vez reduce más su poder y tiene
menos posibilidades de financiamiento de la educación superior pública y
expresa carencia de compromiso con ella, en el caso dominicano va empeorando
esa confianza, en la medida en que la propia UASD no forma parte de sus
capacidades de respuesta a las demandas de la sociedad y por momentos más bien
es parte de la carga de problemas, por ejemplo en lo que se refiere a la
gobernanza social.
Desde el punto de vista estructural hoy la UASD es un proyecto
con severas dificultades de pertinencia, cobertura, gobernanza interna, visión
estratégica, calidad y de acreditación internacional. Son los grandes desafíos
a los que nos encontramos abocados los que amamos a la UASD y trabajamos por un
presente y futuro más digno. Hoy es una obligación ser un crítico de la
situación actual desde adentro, para que no se pierda la esperanza de que en la
Universidad habrá luz al final del túnel.
De la pertinencia de la
UASD:
En las respuestas que ofrece a las necesidades de la población el
90 % de su oferta curricular se ha mantenido estática durante los últimos 30
años y carece de mecanismos eficientes de actualización en tiempo.
A la fecha, la UASD carece de un estudio denlas necesidades
nacionales en materia de recursos humanos, mantiene el acceso abierto a todas
las carreras sin preguntarse por el destino de sus egresados, en un mercado y
sociedad cuyas demandas específicas requieren de un perfil de egreso coherente
con las necesidades de los usuarios de fuerza laboral profesional.
La UASD carece hoy de un estudio de impacto de los resultado de
la profesionalización, que es su función más extendida, ¿cuál es el nivel de
empleabilidad?, cuál es el nivel salarial que alcanzan sus egresados para
iguales funciones desempeñadas por egresados de otras universidades? ¿Cuál es
el nivel de satisfacción de los empleadores respecto a las competencias,
formación y valores de los egresados de la UASD? ¿Cuál es la mejora que se ha
producido al interior de la UASD a partir de los resultados de las evaluaciones
aplicadas en los programas de evaluación de profesionales existentes en las
áreas de medicina, educación, justicia, cuando han requerido a profesionales
egresados del sistema educativo superior (examen de residencia médica, examen
de ingreso a la Escuela del Ministerio Público, Escuela Nacional de la Judicatura? ¿Cuál es el alcance y resultado de los programas de
movilidad estudiantil, profesoral y de investigadores de la región en la que se
encuentra inserta la Universidad? ¿Cuál es la correlación que se está dando hoy
entre los roles que desempeñan nuestros egresados en sus lugares de empleos y
las competencias que estos han desarrollado durante su formación? ¿Cuál es el
nivel de empleo, subempleo y desocupación de los egresados de la UASD respecto
al resto de los egresados del sistema?.
Se puede argumentar que esas carencias son sistémicas, en el
caso dominicano y que de ello adolecen el resto denlas instituciones, en grado,
circunstancias y áreas parecidas pero la diferencia radica en que la UAD hoy
tiene el peso del 50% del sistema nacional de educación superior, solo en la
función de profesionalización, tiene la responsabilidad de la educación
superior pública, por su carácter estatal y tendría un impacto significativo
sobre el resto del sistema, todo aquello que acontezca o deje de acontecer en
esta Universidad.
Con la agravante de que teniendo en el interior de su matrícula
al 66 % perteneciente al quintil más bajo de ingresos de la población en edad
de escolarización superior, con la atención mayoritaria a la población de más
bajo rendimiento proveniente de la formación secundaria o media, como lo han
indicado las pruebas POMA aplicadas en la UASD y en el país, proviniendo de
familias que en una gran proporción provienen de familias aspirantes a su
primer profesional, solo se legitima en el valor de capital social que implica
ese perfil de su población estudiantil y en la elefantiasis de su peso
cuantitativo, resultante de que ella es la única opción de los más pobres, los
cuales al entrar a una universidad que no le está recibiendo con la conciencia
plena de esa realidad no le está ofreciendo las opciones que viabilicen el éxito ya no solo en el acceso a la educación superior pública,
sino también a su permanencia y egreso profesional y a su inserción exitosa en
el mercado laboral.
Los uasdianos deberíamos pedir perdón a los pobres del país por
no ofrecerle opciones reales de éxito, de acompañamiento en la lucha por la
superación de las debilidades del sistema preuniversitario que le egresa, en la
creación de los soportes que requieren para poder mantenerse cursando con éxito
su carrera y por construirles falsas esperanzas de éxito en carreras que en
muchos casos presentan sobresaturación respecto al mercado de empleos.
Los universitarios de la UASD nos hemos colocado en un nicho de
confort que no nos permite ver que lo que hemos estado haciendo desde hace 30
años ya no puede seguir siendo lo mismo y que el cambio requiere un precio y un
esfuerzo de respuesta innovadora, de apertura a la sociedad para que ella sea
parte de la reingeniería que necesita nuestra amada UASD.
La UASD hoy, ella no puede sola, requiere acompañamiento, junto
al respeto de su autonomía, pero bajo el nuevo concepto de autonomía
responsable, su desarrollo endogámico actual es contrario a sus posibilidades
de supervivencia y desarrollo institucional.
La necesidad de una UASD más pertinente y actualizada, va más
allá de la simple propuesta de un portafolio de nuevas carreras, incluyendo las
técnicas y tecnológicas superiores, pasa por responder al cambio del cómo se
enseña, cómo se aprende, cómo se hace ciencia hoy y la instalación de los
mecanismos idóneos para una articulación adecuada entre la universidad y el
mercado laboral dominicano, entre la universidad y el resto del Estado y con
las demás instituciones de educación superior del país.
De la política de acceso
a la UASD y la cobertura de la educación superior dominicana:
Hasta ahora la UASD, sin proponérselo e incluso con un discurso
formal contrario, ha sido un instrumento de la política de parqueo de la fuerza
laboral joven del país, al mantener una política de puertas abiertas que le
debilita institucionalmente, por cuanto deteriora su calidad y empeora su
propia imagen.
El Estado se auto satisface con la estadística de que 39 de cada
100 jóvenes egresados de bachillerato acceden a la educación superior, en la
ruta hacia la meta estratégica del 50% para el año 2030. Pero ¿cuál es la
realidad de esa cifra, más allá de esos 61 bachilleres de cada 100 que están
fuera del sistema y de que el Estado Dominicano es compromisario con la
política de acceso universal, en base a mérito y calidad, promovida por las
Naciones Unidas?
La UASD representa casi el 50% de la matricula total del
sistema, pero acontece que en los últimos 5 años muestra un estancamiento en el
crecimiento absoluto de su matrícula, mientras relativamente se reduce respecto
al resto de las IES privadas del país, las que incluso ahora han ampliado su
nivel de participación al amparo de las crisis de la UASD y de la nueva
política del MESCyT de privilegiar las becas de postgrado para el extranjero y
de cobertura del 50% de costo de la matrícula de una parte de la matrícula
estudiantil superior privada.
La realidad es que a pesar de que por la existencia de excelentes
infraestructuras y equipamientos en la mayoría de los recintos y centros
regionales de la UASD, tiene aún oportunidades de recibir más estudiantes en
estos lugares, por la realidad de su actual situación de crisis estructural. La
UASD da síntomas de haber llegado a su techo de crecimiento, con la agravante de
que mantiene en su interior a la quinta parte de su matrícula, alrededor de 40
mil alumnos en una situación de encierro que no le permite avanzar hacia sus
carreras por una errónea política de acceso, rigidez de la gestión curricular y
dificultades de oferta de asignaturas, que les amenaza con permanecer varios
años estancada en la formación básica sin avanzar a las asignaturas de sus
carreras seleccionadas, con baja carga de asignatura, alta tasa de repitencia y
deserción, grupo que se reproduce circularmente con la llegada cada semestre de
nuevos estudiantes en las mismas condiciones de los anteriores.
El país y la UASD no pueden conformarse con el hecho de que solo
1 de cada 5 que ingresan a la UASD se gradúen, la inmensa mayoría en unas pocas
carreras y en varias de ellas con la calidad cuestionada, así no habrá
desarrollo para el país y se continuarán reproduciendo las brechas de
desigualdad social, alta tasa de desempleo y bajos índices de competitividad.
La UASD podría mantener la cantidad de 10 mil egresados por año,
pero a un costo económico y social alto para la propia universidad y el país,
con una alta concentración en tan solo 10 carreras, mientras mantiene la oferta
de 119 títulos. El país no puede seguir dándose ese "lujo", porque
esto impacta la sobre edad en la educación superior e implica pérdidas
considerables en sus indicadores de productividad y de servicios.
La ausencia o reducción de la demanda de empleo de la juventud
universitaria, o de recursos para el emprendurismo asociados al fomento de las
pymes, en su esperanza de mejores oportunidades al amparo de la
profesionalización, no debe ser atendida por la UASD como un mérito institucional
y social, al precio de su propia ineficiencia y de la pérdida de credibilidad
pública.
La UASD no puede seguir asumiendo la política de recibir a todo
el que aspire a una carrera universitaria, responsabilidad que corresponde al
Estado (el mismo que tampoco la financia adecuadamente) y mucho menos al precio
del cuestionamiento y la perdida de la credibilidad pública, sin que sus
intelectuales asuman corporativamente el proyecto social de universidad
pública, eficiente, de calidad, creíble, pertinente, como sucede hoy en las más
importantes universidades públicas de América Latina y Europa, que son
verdaderas universidades que apuestan al crecimiento junto con la calidad.
¿Qué mérito tiene tener una matrícula de más de 200 mil
estudiantes si estos se mantienen allí en el 80% de los casos en un círculo
vicioso de retiro y reingreso, con baja posibilidad de salida y una permanencia
del doble del tiempo establecido para una carrera y con una calidad
cuestionada?
Se requiere restablecer las pruebas diagnósticas de ingreso para
los nuevos estudiantes, programa de nivelación académica para los que aspiran a
ingresar y que no alcanzan las condiciones mínimas de formación
preuniversitaria y el establecimiento de números clausus, o techo de ingreso de
nuevos estudiantes, para aquellas carreras que se determinen estén
sobresaturadas y solo recibir una cantidad de estudiantes que se corresponda
con su capacidad financiera y organizacional reales, competir Por recibir a los
mejores egresados del bachillerato con las demás IES, sin importar su origen
social, porque no hacerlo así sería seguir condenando a los más pobres a
educación superior de mala calidad y a mantenerlos en el círculo vicioso de la
desigualdad social.
La UASD y la Calidad
Necesitamos recuperar la confianza de la sociedad dominicana en
la UASD y esto requiere que su reingeniería
tenga como eje central la calidad denla educación superior y denla producción,
difusión y transferencia del conocimiento científico.
Hoy Ser la Primada y la más grande no nos asegura su permanencia
en el tiempo, la UASD debe asumir la construcción de un sistema institucional
de aseguramiento de la calidad, se requiere que su vida cotidiana responda a
una planificación estratégica integral y concertada con su comunidad académica
y el país.
La UASD debe pasar ahora a un proceso de auto evaluación,
evaluación externa y acreditación nacional e internacional de las 10 carreras más
importantes, por su impacto social, mientras pone en marcha el plan de
mejoramiento que ya les han indicado en su acreditación institucional y en la
última evaluación quinquenal del MESCyT.
La UASD debe darle el ejemplo a las demás instituciones de
educación superior del país, mejorando sus sistemas de selección de nuevo
personal docente e investigador y procediendo a la evaluación y certificación
externa de todo su personal académico.
De igual forma debe habilitar un programa de movilidad
profesoral y de investigadores con las instituciones de educación superior de
prestigio internacional con las que mantiene acuerdos y con otras, contando con
el apoyo del MESCyT. Acompañar este proceso con un gran programa de
habilitación del docente de la educación superior y de formación de los
académicos en servicio actualmente. La calidad debe atravesar toda la
preocupación del docente de todos los niveles, superando la separación de lo
preuniversitario y lo universitario, con una visión sistémica.
Agotado ese proceso, deberá darle continuidad a la meta
incorporando las demás carreras siguiendo los criterios anteriores. Para
realizar esos cambios debe actualizar sus normativas internas e integrarse al
esfuerzo sistémico por la calidad de la educación superior que deberá de
actualizar la Ley 139-01 que rige la educación superior, la ciencia y la
tecnología en nuestro país y establecer un verdadero sistema nacional de
aseguramiento de la calidad que establezca la regulación, el control y el
fomento denla educación superior.
La UASD posee una marca país corporativa, como Primera Universidad
de América, que tiene que ser asociada más que a la cobertura de matrícula a la
calidad de sus egresados, a sus niveles de empleabilidad y de inserción
productiva como generador de nuevos empleos.
La Gobernanza de la
UASD:
Unárea que en la UASD requiere de cambios radicales es el de su
gobernanza, porque sin resolver este asunto es imposible que se puedan producir
el resto de los cambios que ella requiere.
La UASD ha pasado de ser una institución promotora del
compromiso con el cambio y el bienestar social a una institución conservadora,
de gestión endogámica, con mecanismos internos que reproducen viejas prácticas basadas en los vicios clientelares y de mercado que hoy dominan
la escena política nacional. Ha perdido su función de espejo social que indica
horizontes a la reproducción de la imagen reflejo de la sociedad.
Las organizaciones universitarias reflejan baja legitimidad
democrática en sus funciones de representación corporativa de los actores
académicos, impactando la gobernanza institucional que se estructura a partir
de los mismos mecanismos y espacios organizativos de elecciones gremiales. La
democracia universitaria no es hoy ni siquiera una caricatura de lo que nos
dejó como herencia el Movimiento Renovador de 1966, mientras para los actores
más dinámicos de la Universidad sus expresiones organizativas son una evidencia
de la dispersión, atomización e inexistencia de un proyecto institucional claro
que se refleje en sus autoridades y en la actuación de los miembros de sus
organismos de gobierno.
La existencia del exclusivo método electoral para estructurar
sus órganos de gobierno desde la Catedra hasta el Claustro y la prohibición de
la reelección en todos los niveles institucionales de gestión, generan las pérdidas
de las experiencias de su talento humano y colocan a todas sus autoridades en
una aspiración hacia posiciones superiores, de menor cantidad, lo cual somete a
la institucionalidad universitaria a fuertes tensiones e irracionalidades en
las conductas.
Es necesario que la estructura de gestión de la vida académica
de las cátedras, las escuelas y los institutos de investigación dejen de ser
organismos estructurados por elección para pasar a ser escogidos sus
integrantes a partir de rigurosos concursos externos de oposición en el que la
UASD supere su endogamia y se dé la oportunidad de escoger los mejores recursos
humanos del sistema nacional de educación superior y en el que sus propios
recursos internos de la universidad se validen en franca competencia transparente
y de calidad.
Se requiere la reestructuración de su órgano máximo de gobierno,
el Consejo Universitario, para que al igual que en el CONESCyT, del MESCyT, y
el Consejo Nacional de Educación
Superior, del MINERD, el Estado Dominicano se asegure de que allí estén representados todos los actores involucrados en los
insumos, procesos y resultados de la educación superior, el propio gobierno
central (a través de sus representantes que gestionan la educación en los dos
niveles ministeriales), los empresarios, los egresados y otros.
Ha llegado la hora de que los uasdianos que hemos creído y
apostado al desarrollo de una educación superior descentralizada demos el paso
que han dado otras universidades públicas de la región, al promover la
autonomización real de los recintos y centros universitarios regionales de la
UASD, dando paso a verdaderas universidades regionales MODELO UASD, con
autonomía financiera y administrativa, oferta curricular coherente con sus
necesidades particulares de desarrollo regional y claustro propio, cumpliendo
con el principio establecido en el Estatuto vigente de la UASD, cuando indica
que ella es un subsistema de educación superior público y reconociendo que
después de 47 años produciendo egresados y gestionando la educación superior en
el interior del país, ya tienen los pantalones largos para asumir su propio
destino.
Hoy ningún rector y hasta el propio Consejo Universitario están
en condiciones de poder dirigir desde la Sede Central en Santo Domingo el
desarrollo de la vida institucional de las expresiones territoriales que tiene
la UASD en sus 19 recintos, centros y subcentros, por lo que a la
descentralización, también se le debe acompañar de una gestión flexible del
curriculum, la concentración de las labores de profesionalización y de
investigación en aquellos campus donde mayor desarrollo y fortalezas presenten
y permitir una movilidad estudiantil nacional que le dé racionalidad a la
inversión, al uso del tiempo de duración en los estudios y faciliten las
oportunidades de egreso con una educación superior de calidad, esta
reestructuración requerirá de un estudio profundo que evite la improvisación y
la imposición de grupos de intereses ajenos a los propósitos antes expuestos y
aseguren una debida articulación de las necesidades nacionales y regionales del
país.
De esta forma se asegurará que la universidad estatal sea un
instrumento fundamental del cumplimiento de las políticaspúblicas de la
educación superior, la ciencia, la tecnología y la cultura de la República
Dominicana.
El Financiamiento de la
UASD:
Soy de los que creen que fortalecer el financiamiento de la UASD
en las actuales condiciones sería un acto de irresponsabilidad de Estado, sería
invertir en fondos perdidos, se requiere una inversión superior al 5% del
presupuesta nacional (35,000 millones de pesos) reclamados históricamente por
la UASD, para el financiamiento de la calidad de la educación superior, el relanzamiento del subsistema de ciencia y
tecnología, tomando como soportes a la UASD y al MESCyT, pero, responsablemente
digo que en el actual estado de cosas en la UASD no hay seguridad de que sus
estructuras institucionales estén en condiciones de invertirlo en lo que le
hace falta a la UASD y al país.
Es evidente que para producirse estas profundas transformaciones se requiere de un gran acuerdo nacional, como el pacto nacional
por la calidad de la educación superior, que ya fue firmado por la UASD en el
2012, y que se visualice como una extensión de este. Porque el fortalecimiento
denla UASD es al mismo tiempo el fortalecimiento del sistema de educación,
superior, ciencia y tecnología del país, de la educación superior pública y privada, porque su excelencia, su
pertinencia y su calidad se convertirá en el referente obligado para el resto
de las instituciones de país.
Soy abanderado de la educación superior pública, pero esta como
lo establece nuestra constitución de 2010, debe ser de calidad, pertinentes
socialmente y garante de la equidad y el mérito de los ciudadanos y ciudadanas
dominicanos y dominicanas, el fortalecimiento de la UASD ha de pasar porque sus
decenas de grupos internos y centros de interés entiendan que todos son medio y
no fin en si mismo, del proyecto de nación y que lo que le da sentido a la
Universidad es que ella sea capaz de ser útil a la sociedad, única dueña de la
UASD.
Profesor Roberto Reyna
Tejada
Activo en la UASD desde el 15 de octubre de 1979, hasta la
actualidad.
Exrector UASD 2005-2008
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