Ensenanzas de Doña Fana.
En Twitter donde estoy suscrito desde hace algún tiempo (soy un #CiberBoy) estoy promocionando un "tap" o sea una etiqueta #ensenanzadeDonaFana, para quienes no entiendan se trata de mi abuela materna, Epifania Santos Almánzar, conocida en todo el Barrio de Rabo e'Chivo como Dona Fana o simplemente Fanita, la "vieja ciega de la cuatro" a quienes todos querían y veneraban, por ser como fue.
Hay dos mujeres en mi vida de muchas que recuerdo con gran afecto y carino: Mi abuela a quien dedico estas lineas y a una profesora que tuve en la escuela primaria, Dona Ana Antonia Ortega Vda. Peralta, sobre ella volvere alguna otra vez, ahora quiero hablar de mi vieja.
Epifania Santos Almanzar, era oriunda de San Victor, Moca en la parte norte de la República Dominicana, no se como vino a parar a Castillo en la Provincia Duarte, según recuerdo su padre se la entrego al Viejo Nango, es lo unico que recuerdo de aquella historia pues la tengo difusa en la cabeza. Lo cierto es que en la comunidad de Yaiba en Castillo contrajo nupcias con Graciano Rosa Tenares, descendiente directo del Heroe Dominicano Olegario Tenares de Jesus, nacido en Yaiba y peleado en casi todo el territorio nacional.
Gallega encabritada y que sabia cabrearse cuando era necesario. Perdio la vision producto de una catarata nunca tratada y que ella se negaba a hacerlo y por ello yo, con apenas unos pocos anos, caminaba para arriba y para abajo de brazo con ella, por supuesto en aquella ocasion no me gustaba, era logico yo era un muchacho que tener que andar con mi vieja al hombre no me permitia jugar bola o volar chichigua, pero de todos modos lo hacia, no sabia yo que tomaba un aprendizaje acelerado hasta los quince cuando deje de hacerlo pues otras obligaciones me llamaban.
Era una mujer iletrada, pero al mimso tiempo sabia, me enseno gran parte de lo que se y nunca fue a una escuela, dentro de su condicion humana, su sensibilidad, su religiosidad y su dignidad como persona construyo en mi una conciencia que a lo mejor en ninguna escuela lo habria conseguido, su refranero--la manera mas sencilla de ensenanza--era interminable y para cada cosa tenia uno.
"La oveja mansa se mama su teta y la ajena" me decía, y no es que sea Sangano quien lo haga. A veces es mejor quedarse callado y no comprometerse hablando pendejá, o me hacia un cuento corto para ilustrarme sus enseñanzas: "una vez un pordiosero que recogía pedacitos de pan en la basura, que le quitaba las esquinitas mas sucia para comer lo otro, miro atrás y se dio cuenta que otro, mas pobre que el venia detrás recogiendo los trozitos que botaba"
"Guarda pan pa'malaya", o aquel de "la suerte de la fea, la bonita la desea", "nada te lo dan gratis en la vida, ni la ñapa" "el pendejo no va a la gloria" y asi una interminable hilera de refranes y voces populares que escuchaba diariamente e interminablemente de su boca que fueron creando el caldo de cultivo que formaron mi caracter.
Muchas cosas he aprendido en mis años universitarios, en las maestrias, postgrados y especialidades que hecho como educacion formal, pero nada de hecho ha sido tan rico en conocimientos que estas enseñanzas, ellas han significaco la base en la que he desarrollado mi practica profesional y si como dicen los americanos que la practica hace al maestro (practice make the master) las #EnseñanzasdeDoñaFana me ha permitido ir formando el maestro que he querido ser siempre.
lunes, 6 de septiembre de 2010
jueves, 27 de mayo de 2010
Mis Favoritos: El viejo Caya
Era evidente su inteligencia, con solo echar unos párrafos nos dábamos cuenta que nos encontrábamos frente a un individuo brillante, de chispa, con una respuesta a flor de labios para cada pregunta o insinuación que se le hiciera.
Nació en Caballero, Cotuí aunque no hacía mucho honor al nombre del lugar donde venía, pues ese estar en guardia permanentemente lo hacia ríspido y de frases hirientes si era necesario. Se llamaba José Florentino Sánchez, pero prefería ser llamado por su "nom de guerr": Cayacoa.
En su historia personal se da cuenta que siendo Juez de Instrucción de la ciudad de Cotuí, entró al "Framboyan" , que para la época era el bar de moda y allí, permanentemente pernoctaban los ingenieros españoles que construían la presa de Hatillo y, al notarlo Florentino y, como fiel apurador de la quinta esencia de la melaza a punta de revólver lo saco por ser ellos quienes se habian robado el oro, violado las indias y todas esas tropelías de los españoles.
Al enterarse el cacique de la época, el legendario Machano Agramonte fue a visitarlo al tribunal y lo primero que le espectó fue: "¿...tu te crees que eres Cayacoa?" a partir de ese momento y hasta la fecha en Cotuí Florentino es Cayacoa!
Hombre de una formación excelsa y exquisita que lo hacia un verdadero maestro de la expresión, al nivel que fuera. Formado en el seno de la "Compañia de Jesús" abandona el seminario para dedicarse a la lucha política, como muchos jóvenes de su época es carcomido por las ideas comunistas, ideología a la que dedico largas horas de estudio llegando a conocer de memoria --pues gozaba de memoria prodigiosa--pasajes enteros de la guerra revolucionaria de Cuba, el Capital de Carl Marx y asi, toda una serie de textos emblemáticos de la época y de esa ideología.
Su enorme inclinacion por la lectura lo llevaron a leer toneladas de páginas y a formarse una cultura general a toda prueba, se puede decir que "el viejo Caya" era eso: un intelectual.
Su carrera de derecho la abandono para irse a China Continental donde se graduó de oficial en la Academia de Guerra de Nanking, al regresar de la gran nación asiática continuó sus estudios de Derecho en la UASD, graduándose posteriormente no sin antes involucrarse en las luchas políticas de la época.
Me llamaba "poeta" y a veces "maldito poeta del diablo" sobre todo cuando le ganaba en una discusion o cuando mis argumentos eran tan sólidos que abandonaba la discusión, en lo que nunca, o casi nunca, pude ganarle fue jugando al ajedrez, era dificil tener éxito con un individuo que habia sido Jesuista, que era Comunista y oficial de guerra, definitivamente no habia manera.
Cayacoa tenia sus afectos bien definidos, y a quienes queria los llamaba "hermano", a mi me decia que era "el hijo que nunca tuvo" y a veces se refería a mi como el alumno mas aventajado.
Recuerdo que en una ocasion, Octavio Lister, otro hermano, lo tildó de haber dicho un latinajo en una audiencia--ambos se enfrentaban en aquel juicio--con la expresion se hacia un despectivo del uso del latin y Florentino, ni corto ni perezoso como era le respondió con una frase considerada por mi como lapidaria: "Mientras el abogado deambulaba por los suburbios de Medellín, yo leía Las Catilinarias en el idioma original de su autor". Lister se habia formado de abogado en Colombia, por ello la referencia.
Como esa hay miles de anecdotas, con Luis Bautista, con Chelo Durán, con Tony Raful, en fin con tantos amigo-hermano que tuvo el gran Cayacoa. Nuestra relación nos acerco muchisimo, tanto que llore su muerte como si fuera un padre y asumi con el criterio del hermano su desgracia de los ultimos tiempos de su vida, allí postrado el cáncer lo venció. Esto que les cuento es muy poco de todo cuanto pasamos, pero con esto o con todo lo que sé José Florentino es y será hasta la hora de mi muerte uno de mis mejores favoritos.
Nació en Caballero, Cotuí aunque no hacía mucho honor al nombre del lugar donde venía, pues ese estar en guardia permanentemente lo hacia ríspido y de frases hirientes si era necesario. Se llamaba José Florentino Sánchez, pero prefería ser llamado por su "nom de guerr": Cayacoa.
En su historia personal se da cuenta que siendo Juez de Instrucción de la ciudad de Cotuí, entró al "Framboyan" , que para la época era el bar de moda y allí, permanentemente pernoctaban los ingenieros españoles que construían la presa de Hatillo y, al notarlo Florentino y, como fiel apurador de la quinta esencia de la melaza a punta de revólver lo saco por ser ellos quienes se habian robado el oro, violado las indias y todas esas tropelías de los españoles.
Al enterarse el cacique de la época, el legendario Machano Agramonte fue a visitarlo al tribunal y lo primero que le espectó fue: "¿...tu te crees que eres Cayacoa?" a partir de ese momento y hasta la fecha en Cotuí Florentino es Cayacoa!
Hombre de una formación excelsa y exquisita que lo hacia un verdadero maestro de la expresión, al nivel que fuera. Formado en el seno de la "Compañia de Jesús" abandona el seminario para dedicarse a la lucha política, como muchos jóvenes de su época es carcomido por las ideas comunistas, ideología a la que dedico largas horas de estudio llegando a conocer de memoria --pues gozaba de memoria prodigiosa--pasajes enteros de la guerra revolucionaria de Cuba, el Capital de Carl Marx y asi, toda una serie de textos emblemáticos de la época y de esa ideología.
Su enorme inclinacion por la lectura lo llevaron a leer toneladas de páginas y a formarse una cultura general a toda prueba, se puede decir que "el viejo Caya" era eso: un intelectual.
Su carrera de derecho la abandono para irse a China Continental donde se graduó de oficial en la Academia de Guerra de Nanking, al regresar de la gran nación asiática continuó sus estudios de Derecho en la UASD, graduándose posteriormente no sin antes involucrarse en las luchas políticas de la época.
Me llamaba "poeta" y a veces "maldito poeta del diablo" sobre todo cuando le ganaba en una discusion o cuando mis argumentos eran tan sólidos que abandonaba la discusión, en lo que nunca, o casi nunca, pude ganarle fue jugando al ajedrez, era dificil tener éxito con un individuo que habia sido Jesuista, que era Comunista y oficial de guerra, definitivamente no habia manera.
Cayacoa tenia sus afectos bien definidos, y a quienes queria los llamaba "hermano", a mi me decia que era "el hijo que nunca tuvo" y a veces se refería a mi como el alumno mas aventajado.
Recuerdo que en una ocasion, Octavio Lister, otro hermano, lo tildó de haber dicho un latinajo en una audiencia--ambos se enfrentaban en aquel juicio--con la expresion se hacia un despectivo del uso del latin y Florentino, ni corto ni perezoso como era le respondió con una frase considerada por mi como lapidaria: "Mientras el abogado deambulaba por los suburbios de Medellín, yo leía Las Catilinarias en el idioma original de su autor". Lister se habia formado de abogado en Colombia, por ello la referencia.
Como esa hay miles de anecdotas, con Luis Bautista, con Chelo Durán, con Tony Raful, en fin con tantos amigo-hermano que tuvo el gran Cayacoa. Nuestra relación nos acerco muchisimo, tanto que llore su muerte como si fuera un padre y asumi con el criterio del hermano su desgracia de los ultimos tiempos de su vida, allí postrado el cáncer lo venció. Esto que les cuento es muy poco de todo cuanto pasamos, pero con esto o con todo lo que sé José Florentino es y será hasta la hora de mi muerte uno de mis mejores favoritos.
jueves, 20 de mayo de 2010
Mimetizar la sociedad, sobre todo los medios
El dominicano es un país en que todo ocurre fuera de tiempo, mas alla de la realidad y con una vocación macondiana que envidiria cualquier Gabo moderno que quiera su "cien años de soledad". Bailamos al son que nos toquen, creemos lo que nos dicen, opinamos de lo que no sabemos, sabemos de cosas que nunca hemos visto y somos expertos en ella, somos país primero en "blindaje económico" y hay una gran miseria que se advierte al día a día, tecnológicamente estamos avanzadisimo pero día a día se nos va la energía eléctrica, en interminables apagones que irritan y nos convierte en una ciudad que la "ve negra".
En fin, tenemos una gran falta de educación, de civismo (probablemente signada por la falta de formación), ofendemos, nos irritamos, peleamos y somos propensos a la violencia. Todo ello es atribuíble a nuestra gran falta de educación, siempre he dicho que si quieres saber como es de educado un pueblo, solo tienes que ver como manejan sus gentes y aqui solo hay que salir a las calles...
Dentro de todo ese desarrollo que viene produciéndose en la tecnología de la comunicación, los medios masivos son un ejemplo claro de ello, pero al mismo tiempo se han convertido en un entrampe para los dominicanos. Los medios de comunicación que debieran ser mecanismos para la educación y la formación del pueblo dominicano, son hoy por hoy antros de perversión idiomática, vehiculos para propagar el chiste, la diatriba, el ditirambo, la frase soez, el invento y, por supuesto, alimentar la industria de la especulación.
Un presentador de noticia que refiriendose a la víctima de un homicidio la definió como "el cadáver del muerto" solo falto que dijera que "estaba bien muerto". Escuche a un productor de TV decir que "la Bolsa de Valores, era un lugar donde acudian la gente que tiene pagarés incobrables para hacer efectivo el pago" No se como se logra cobrarlos pero estoy pensando poner una oficina de cobros de ese tipo de letra de cambio.
Lo que es mas acusiante y que mas se nota es el mal empleo del idioma castellano, tan rico y extenso en posibilidades para comunicar una idea de mil manera. "Saludo amigos, etamo iniciando su programa, lo malablao, poraqui por el canal de laguarana, Juana La Loca y Modeta la Tisica, le dan lo saludo..." Una joya de programa!
Y lo peor de todo es que la joven pareja actual, los nuevos jefes de casa tienen que salir a la calle a realizar las tareas cotidianas del trabajo para lograr los niveles de vida aceptables para su familia, mientras tanto los hijos quedan en la casa con la Televisión y la "Gerente de Asuntos Domésticos" como maestras imagínese usted cual es la educación que reciben.
Es necesario hacer el esfuerzo por cambiar todo eso, probablemente no lo veamos nosotros, los más adultos, pero si trabajamos desde ahora, a los mejor los hijos de nuestros hijos alcancen a ver los resultados de nuestra lucha, criticar y querer cambiar todo este estado de cosas, aún cuando parezca pretensioso para algunos, criticado por otros, no es una mala inversion en el futuro de la República dominicana.
lunes, 17 de mayo de 2010
Mi "pata e'mulo" y yo
En 1983 egresé de las aulas universitarias, luego de terminar mi carrera no en la UASD como hubiera sido mi deseo, sino en la Universidad Nordestana que aún no tenía la denominación de católica, pero antes ya había probado el trabajo de Fiscal, ocurre que en el año 1982, en el segundo período del PRD, quien había sido mi profesor de Derecho Constitucional el Dr. José Florentino Sánchez (QEPD) asumió las funciones de Procurador General de la Corte de Apelación y un buen día me llamó a su despacho en el Palacio de Justicia y me dijo que había que cambiar el Fiscalizador de Castillo que si yo estaba dispuesto a asumir esa posición interinamente –para la época constitucionalmente se permitía nombrar un fiscalizador no abogado en un municipio que no fuera cabecera de provincia—imagínense ustedes, mi respuesta fue positiva e inmediatamente me designo por auto.
Para mí, que mis raíces familiares por parte de madre estaban allí fue placentero y muy grato aquello, pero más aún por el hecho de sentirse uno jefe, me engancharon un viejo revolver enriquillo calibre 38, de los llamados “pata e´mulo” que cuando tenía suerte y lograba dispararlo era necesario hundirlo en un balde de agua para que enfriara, aquello era sumamente cómico pero, como ustedes comprenderán, me limitaba la capacidad de fuego, estando en Castillo como Fiscalizador, se presentó una vacante en Arenoso y hasta allí fui a parar con mis huesos y mi “pata e´mulo”.
Permanecí un año renunciando luego para dedicarme al ejerció después de recibirme definitivamente de abogado.
La experiencia de Arenoso fue aleccionadora, fue allí que comencé a desarrollar mi sentido de la persecución y la investigación y comprobé en el campo de la experiencia que yo era un persecutor, o sea, allí me di cuenta que yo era Fiscal. Las anécdotas y los momentos de tensión fueron muchos, lo primero es que yo sustituía a un señor que era un dirigente político Cirilo Frías y este el día que fui a tomar posesión me armó una turba que no dejo que yo asumiera la posición hasta que el impasse lo resolvió el Procurador de la Corte políticamente también.
El Juez de Paz con que trabaje era Francisco Mezcaín, quien además de Juez era constructor y vendedor de tanques de melaza, o sea que cuando en el lugar se instalaba un tanque para melaza, no había actividad judicial en Arenoso. Recuerdo que cuando el “magistrado” Juez tenía apuros por ir a llevar un tanque a otro pueblo o instalarlo llegaba diciéndome “me tengo que ir, búsqueme los expedientes que los vamos a condenar aquí mismo”; algunas veces debía enfrentarme con grupos que protestaban por una multa que para ellos resultaba excesiva, recuerdo que un joven, menor de edad, pero hijo de una familia de cierta posición económica le aplicamos una sanción de 100 pesos de multa lo que provoco que un grupo intentara asaltar el Juzgado de Paz dizque para echar del pueblo al Fiscal, entre mi pata e´mulo y yo los disuadimos de ello, años después me contaron que los orificios de los disparos que hice en el tribunal permanecieron por mucho tiempo.
Fuera de la rifa de aguante, las riñas entre mujeres más a menudo que entre hombres, juegos de azar y quejas por cuestiones alimenticias de menores, Arenoso era una comunidad apacible, que discurría entre la bullanguería, el ruido, el alcohol y los cachivaches –antigua denominación de la bachata—pero saque como experiencia una actitud para el trato con la gente, la experiencia de aprender a hurgar en Código Penal y, sobre todo, el convencimiento propio de que yo era penalista por encima de todo.
En algún momento de mi carrera he tenido que ejercer el área civil, de tierra y hasta laboral, pero para ello tengo la misma explicación que diera el poeta español Pedro Mata refiriéndose a su condición de poeta y ejercicio de la prosa “en el letargo de mi reposo augusto, mantengo indemne mi ilusión florida, machaco prosas por ganar la vida y esculpo versos para darme gusto” Con ello dejo sentada mi confesión: A mí me corre el Código Penal por las venas.
Para mí, que mis raíces familiares por parte de madre estaban allí fue placentero y muy grato aquello, pero más aún por el hecho de sentirse uno jefe, me engancharon un viejo revolver enriquillo calibre 38, de los llamados “pata e´mulo” que cuando tenía suerte y lograba dispararlo era necesario hundirlo en un balde de agua para que enfriara, aquello era sumamente cómico pero, como ustedes comprenderán, me limitaba la capacidad de fuego, estando en Castillo como Fiscalizador, se presentó una vacante en Arenoso y hasta allí fui a parar con mis huesos y mi “pata e´mulo”.
Permanecí un año renunciando luego para dedicarme al ejerció después de recibirme definitivamente de abogado.
La experiencia de Arenoso fue aleccionadora, fue allí que comencé a desarrollar mi sentido de la persecución y la investigación y comprobé en el campo de la experiencia que yo era un persecutor, o sea, allí me di cuenta que yo era Fiscal. Las anécdotas y los momentos de tensión fueron muchos, lo primero es que yo sustituía a un señor que era un dirigente político Cirilo Frías y este el día que fui a tomar posesión me armó una turba que no dejo que yo asumiera la posición hasta que el impasse lo resolvió el Procurador de la Corte políticamente también.
El Juez de Paz con que trabaje era Francisco Mezcaín, quien además de Juez era constructor y vendedor de tanques de melaza, o sea que cuando en el lugar se instalaba un tanque para melaza, no había actividad judicial en Arenoso. Recuerdo que cuando el “magistrado” Juez tenía apuros por ir a llevar un tanque a otro pueblo o instalarlo llegaba diciéndome “me tengo que ir, búsqueme los expedientes que los vamos a condenar aquí mismo”; algunas veces debía enfrentarme con grupos que protestaban por una multa que para ellos resultaba excesiva, recuerdo que un joven, menor de edad, pero hijo de una familia de cierta posición económica le aplicamos una sanción de 100 pesos de multa lo que provoco que un grupo intentara asaltar el Juzgado de Paz dizque para echar del pueblo al Fiscal, entre mi pata e´mulo y yo los disuadimos de ello, años después me contaron que los orificios de los disparos que hice en el tribunal permanecieron por mucho tiempo.
Fuera de la rifa de aguante, las riñas entre mujeres más a menudo que entre hombres, juegos de azar y quejas por cuestiones alimenticias de menores, Arenoso era una comunidad apacible, que discurría entre la bullanguería, el ruido, el alcohol y los cachivaches –antigua denominación de la bachata—pero saque como experiencia una actitud para el trato con la gente, la experiencia de aprender a hurgar en Código Penal y, sobre todo, el convencimiento propio de que yo era penalista por encima de todo.
En algún momento de mi carrera he tenido que ejercer el área civil, de tierra y hasta laboral, pero para ello tengo la misma explicación que diera el poeta español Pedro Mata refiriéndose a su condición de poeta y ejercicio de la prosa “en el letargo de mi reposo augusto, mantengo indemne mi ilusión florida, machaco prosas por ganar la vida y esculpo versos para darme gusto” Con ello dejo sentada mi confesión: A mí me corre el Código Penal por las venas.
La UASD, enseñanza de vida
A inicio del año 1978 ingrese al Centro Universitario Regional del Nordeste (CURNE) para cursar el Colegio Universitario, requisito básico para ingresar a facultad en la UASD, era la época en que la República despertaba a una nueva era de la vida social y política, se tenía la expectativa de que el PRD derrotaría al Dr. Balaguer en las urnas con todo lo que ello implicaba, la UASD ardía en medio de las denuncias de muerte, sangre y atropello de doce años de vida nacional que marcaron, no solo a los individuos y las familias, sino también los corazones.
El régimen de Balaguer sintiéndose perdido arreció las presiones ciudadanas y la más vieja del nuevo mundo era receptáculo de ello; éramos, los jóvenes de aquel tiempo, sospechosos del crimen más horrendo según las autoridades: Ser Comunista.
El problema era que nadie o casi nadie sabía que era exactamente el comunismo, pero de todos, por ser jovenes, se sospechaba. Yo he bautizado a esa época como la “generación de los Perseguidos” y ciertamente, hace algunos años mi amigo el profesor Gabriel Hernández me regalo un ejemplar de las obras escogidas del Che Guevara particularmente encuadernada: por una de su tapa tenía una imagen de la virgen de La Altagracia y por la contratapa el Corazón de Jesús, esa era la única forma de transitar con ella bajo cierta seguridad.
En esas condiciones hice el CU y luego, ya con un PRD triunfante que para la época era sinónimo de libertad, de arrojo y combate a los desmanes de Balaguer, me traslade a la capital ingresando a facultad en el período 1979-1980. Para un hombre de pueblo acostumbrado a los vaivenes sedentarios de las ciudades del interior, un mundo pequeño sin mayores complicaciones y que se acercaba más a los criterios de la ruralidad que los citadinos, aquello fue un salto enorme.
Lo confieso me costó acostumbrarme a la capital cosa que nunca logre totalmente al punto que hoy día, por mis ocupaciones en la PGR, cuando entro a Santo Domingo, digo yo, que lo hago de espalda para a provechar cualquier brecha que me permita regresar. Definitivamente yo soy un campesino... pero aiveitio, como dicen por aca en el Cibao
Vivía en un lugar lejano allá en lo que hoy es el Este de Santo Domingo, Alma Rosa II en casa de una tía a la cual llegaba casi a la media noche pues en mi ruta de guagua era el último de los pasajeros en desmontarme eso me hizo entablar amistad con algunos choferes de la Ruta 8, hasta que esa misma situación me obligo a mudarme a un lugar que me acercara mas a mi Alma Mater. El campus de la UASD era, como es de suponer a pesar del cambio político, un hervidero se producían muchas protestas que nos obligaban a abandonar la docencia por días, pero siempre mantuve la esperanza de concluir mi carrera.
Allí conocí a gente verdaderamente interesante, la intelligentia de la época. Profesores como José Joaquín Bidó, José Antinoe Fiallo, Don Alberto Rincón, Rafael Alburquerque, Francisco del Rosario Diaz(EPD), Almanzor González, Alvaro Diaz, son solo unos nombres de la larga lista de brillantes expositores y académicos de los que me nutrí.
Lo cierto es que esa época marcó mi vida. Pienso que la experiencia de la cual puedo hacer alarde hoy no es precisamente la obetnida en la calle, en la practica privada, sino lo acumulado en varios años de estudio en la "Mas vieja del nuevo mundo"
El régimen de Balaguer sintiéndose perdido arreció las presiones ciudadanas y la más vieja del nuevo mundo era receptáculo de ello; éramos, los jóvenes de aquel tiempo, sospechosos del crimen más horrendo según las autoridades: Ser Comunista.
El problema era que nadie o casi nadie sabía que era exactamente el comunismo, pero de todos, por ser jovenes, se sospechaba. Yo he bautizado a esa época como la “generación de los Perseguidos” y ciertamente, hace algunos años mi amigo el profesor Gabriel Hernández me regalo un ejemplar de las obras escogidas del Che Guevara particularmente encuadernada: por una de su tapa tenía una imagen de la virgen de La Altagracia y por la contratapa el Corazón de Jesús, esa era la única forma de transitar con ella bajo cierta seguridad.
En esas condiciones hice el CU y luego, ya con un PRD triunfante que para la época era sinónimo de libertad, de arrojo y combate a los desmanes de Balaguer, me traslade a la capital ingresando a facultad en el período 1979-1980. Para un hombre de pueblo acostumbrado a los vaivenes sedentarios de las ciudades del interior, un mundo pequeño sin mayores complicaciones y que se acercaba más a los criterios de la ruralidad que los citadinos, aquello fue un salto enorme.
Lo confieso me costó acostumbrarme a la capital cosa que nunca logre totalmente al punto que hoy día, por mis ocupaciones en la PGR, cuando entro a Santo Domingo, digo yo, que lo hago de espalda para a provechar cualquier brecha que me permita regresar. Definitivamente yo soy un campesino... pero aiveitio, como dicen por aca en el Cibao
Vivía en un lugar lejano allá en lo que hoy es el Este de Santo Domingo, Alma Rosa II en casa de una tía a la cual llegaba casi a la media noche pues en mi ruta de guagua era el último de los pasajeros en desmontarme eso me hizo entablar amistad con algunos choferes de la Ruta 8, hasta que esa misma situación me obligo a mudarme a un lugar que me acercara mas a mi Alma Mater. El campus de la UASD era, como es de suponer a pesar del cambio político, un hervidero se producían muchas protestas que nos obligaban a abandonar la docencia por días, pero siempre mantuve la esperanza de concluir mi carrera.
Allí conocí a gente verdaderamente interesante, la intelligentia de la época. Profesores como José Joaquín Bidó, José Antinoe Fiallo, Don Alberto Rincón, Rafael Alburquerque, Francisco del Rosario Diaz(EPD), Almanzor González, Alvaro Diaz, son solo unos nombres de la larga lista de brillantes expositores y académicos de los que me nutrí.
Lo cierto es que esa época marcó mi vida. Pienso que la experiencia de la cual puedo hacer alarde hoy no es precisamente la obetnida en la calle, en la practica privada, sino lo acumulado en varios años de estudio en la "Mas vieja del nuevo mundo"
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